sábado, diciembre 06, 2008

CARL PANZRAM: ASESINO SERIAL


Carl Panzram, alias de Jeff Davis: "Yo reformo a las personas que tratan de reformarme y la manera de hacerlo, es matándolas..."
Sin lugar a dudas Carl Panzram fue uno de los hombres más peligroso de su tiempo, como ladrón y asesino serial tiene un lugar asegurado en la historia pero también lo tiene por ser una de las más visibles víctimas del fallido sistema penal norteamericano de principios del siglo pasado. Nació en un pueblito llamado Warren del estado de Minnesota el 28 de Junio de 1891. Hijo de John y Matilda inmigrantes de origen prusiano y de ocupación granjeros que como la gran mayoría de los de su tipo en ese tiempo, vivían casi en la miseria. Las jornadas de trabajo comenzaban con el amanecer y terminaban al anochecer sin que sus esfuerzos coronaran en riqueza. Tuvo cinco hermanos y una hermana, todos ellos honestos y laboriosos granjeros, características que Carl no compartía pues según propias palabras desde siempre había sido un ladrón y mentiroso.
Cuando tenía 7 años, sus padres se separaron. Aunque hablando con mayor exactitud, un día su padre salió de casa para no regresar jamás. Después del divorcio de facto, la familia enfrentó peores tiempos de estrechez económica. Panzram relata que sus hermanos por cualquier motivo y en cualquier momento agarraron la costumbre de apalearlo sin misericordia. El día que se introdujo en la casa de unos vecinos para robar dinero y pertenencias y fue descubierto por uno de sus hermanos, recibió una paliza tremenda hasta quedar desmayado. A causa de este primer gran robo, Carl fue enviado al reformatorio juvenil en 1903. Llegando al Minnesota State Training School el recibimiento fue de lujo: un oficial le ordeno al chico desnudarse por completo y procedió a revisarle el pene y el recto a la vez que le interrogaba acerca de sus costumbres sexuales. Básicamente deseaba saber si había sido fornicado o sodomizado y hasta si se había masturbado. Aquello fue el pequeño gran comienzo de lo que sería su vida en aquel sitio.
A principios del siglo pasado las instituciones correccionales carecían de supervisión externa. Por lo que el gobierno y la vida interna eran asuntos completamente en manos de los encargados en turno. Lo cual implicaba la existencia y tolerancia de abusos que hoy día resultan inimaginables. Eso considerando que aún hoy día la vida en un reformatorio juvenil o en cualquier cárcel puede ser un infierno. La enseñanza cristiana era impuesta con enorme severidad como parte del programa para reformar a los delincuentes. Cualquier falla o demora en aprender las lecciones era rápidamente castigada. Panzram carecía de instrucción escolar y fallaba seguido en las lecturas y en el aprendizaje por lo que muy pronto cayó víctima de palizas y reprimendas. Desde esos días la asociación entre cristiandad e hipocresía habría de cristalizar en su persona. En vez de conocer valores, ética o moral, fue acumulando odio y enojo hacia la sociedad.
Después de incontables castigos con cinturones, y palas de madera la venganza llegó a Panzram cuando gracias a un ingenioso dispositivo de su creación prendió fuego a uno de los edificios del reformatorio, mientras disfrutaba al máximo el espectáculo del fuego, instalaciones federales con valor de $100,000 dólares ardían hasta los cimientos.
A fines de 1905 Carl Panzram compareció ante el comité de libertad del reformatorio, armado de la mayor hipocresía convenció a los miembros del jurado que era otro chico, ya reformado por las enseñanzas cristianas de los maestros del lugar. Pero según propias palabras "Había aprendido mas de como mentir, robar, incendiar y matar que otra cosa... aparte de que había conocido otros usos para el pene aparte de orinar y de otras cosas para las que podía servir el ano..." Cuando su madre lo llevó de vuelta a su casa, Carl Panzram era otra persona, se había tornado silencioso y oscuro. Sin embargo muchas otras preocupaciones poblaban la vida de su madre, que no podía lidiar con un chico rebelde y problemático. A pesar de las circunstancias, Panzram siempre guardó resentimiento contra ella. Al principio la señora contaba con el amor y respeto de su hijo, pero gradualmente estos se tornaron en desaprobación y odio pues "...ella era muy tonta para enseñarme algo bueno." .....

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