miércoles, septiembre 30, 2009

SER HUMANO: POÉTICO Y PROSAICO

Leonardo Boff, Teólogo

Uno de los más inspirados poetas alemanes, Friedrich Höderlin (1770-1843), dijo lo siguiente: «El ser humano habita poéticamente la Tierra». Este pensamiento lo completó luego un pensador francés, Edgar Morin: «El ser humano habita también prosaicamente la Tierra». Poesía y prosa además de ser géneros literarios, expresan dos modos existenciales de ser. La poesía supone la creación que hace que la persona se sienta tomada por una fuerza mayor que le trae conexiones inusitadas, iluminaciones nuevas, rumbos nuevos.

Bajo la fuerza de la creación la persona canta, sale de la rutina y asume caminos diferentes. Surge entonces el chamán que se esconde en cada persona, esa disposición que nos hace sintonizar con las energías del universo, que capta el pulsar del corazón del otro, de la naturaleza y de Dios mismo. Por esta capacidad se descubren nuevos sentidos de lo real.

«Habitar poéticamente la Tierra» significa sentirla como algo vivo, evocativo, grandioso y mágico. La Tierra es paisajes, colores, olores, fascinación y misterio. ¿Cómo no extasiarse ante la majestad de la selva amazónica, con sus árboles cual manos tendidas hacia lo alto, con la maraña de sus lianas y enredaderas, con los sutiles matices de sus verdes, rojos y amarillos, con los trinos de las aves y la profusión de sus frutos? ¿Cómo no quedarse boquiabierto ante la inmensidad de las aguas que penetran lentamente en la espesura y descienden mansamente hasta el océano? ¿Cómo no sentirse lleno de temor reverencial al caminar horas y horas por la selva virgen, como varias veces me tocó hacerlo con Chico Mendes? ¿Cómo no sentirse pequeño, perdido, un bichito insignificante ante su incalculable biodiversidad?

Habitamos poéticamente el mundo cuando sentimos en la piel el frescor suave de la mañana, cuando padecemos bajo la canícula del sol de mediodía, cuando nos serenamos al atardecer, cuando nos invade el misterio de la oscuridad de la noche. Nos estremecemos, vibramos, nos llenamos de ternura y nos extasiamos ante la Tierra en su inagotable vitalidad, y al encontrarnos con la persona amada. Entonces vivimos el modo de ser poético.

Lamentablemente son ciegos y sordos y víctimas de la lobotomía del paradigma positivista moderno quienes ven la Tierra simplemente como un laboratorio de elementos físico-químicos, como un conglomerado inconexo de cosas yuxtapuestas. No, ella está viva, es Madre y Pachamama.

También habitamos la Tierra prosaicamente. La prosa recoge la cotidianidad y el día a día gris, hecho de tensiones familiares y sociales, como los horarios y los deberes profesionales, con discretas alegrías y tristezas disimuladas. Pero lo prosaico también esconde valores inestimables. Se descubren tras una larga estancia en un hospital, o cuando regresamos presurosos después de pasar penosos meses fuera de casa. Nada más suave que el sereno transcurrir de los horarios y de los quehaceres domésticos y profesionales. Nos da la sensación de una navegación tranquila por el mar de la vida.

Poesía y prosa conviven y se alternan de tiempo en tiempo. Tenemos que velar por lo poético y lo prosaico de nuestras vidas, pues ambos se complementan y ambos están amenazados de banalización.

La cultura de masas ha desnaturalizado lo poético. El ocio, que sería el momento de ruptura de lo prosaico, ha sido aprisionado por la cultura del entretenimiento que incita al exceso, al consumo de alcohol, de drogas y de sexo. Es una vivencia poética, pero domesticada, sin éxtasis; un disfrute sin encantamiento.

Lo prosaico ha sido trasformado en simple lucha darviniana por la supervivencia, extenuando a las personas con trabajos monótonos, sin esperanza de gozar del merecido ocio. Y cuando éste llega, resultan rehenes de quienes han pensado todo por ellas, organizan sus viajes y les fabrican experiencias inolvidables. Y lo consiguen. Pero como todo es artificialmente inducido, el efecto final es un doloroso vacío existencial. Y entonces les dan antidepresivos.

Saber vivir con levedad lo prosaico y con entusiasmo lo poético es indicativo de una vida plenamente humana.

Fuente: http://www.redescristianas.net/2009/09/26/ser-humano-poetico-y-prosaicoleonardo-boff-teologo/

miércoles, septiembre 16, 2009

LA DONACIÓN DE MIS ÓRGANOS

Quiero el día que yo muera
poder donar mis riñones,
mis ojos y mis pulmones.
Que se los den a cualquiera.

Si hay un paciente que espera
por lo que yo ofrezco aquí
espero que lo hagan así
para salvar una vida.
Si no puedo respirar,
que otro respire por mí.

Donaré mí corazón
para algún pecho cansado
que quiera ser restaurado
y entrar de nuevo en acción.

Hago firme donación
y que se cumpla confío
antes de sentirlo frío,
roto, podrido y maltrecho
que lata desde otro pecho
si ya no late en el mío.

La picha yo donaré,
que se la den a un caído
y levante poseído
el vigor que disfruté.
Pero pido que después
se la pongan a un jinete,
de los que les gusta brete.
Sería eso una gran cosa
yo descansando en la fosa
y mi picha dando fuerte.

Entre otras donaciones
me niego a donar la boca.
Pues hay algo que me choca
por poderosas razones.
Sé de quién en ocasiones
habla mucha bobería;
chupa lo que no debía
y prefiero que se pierda
antes que algún comemierda
mame con la boca mía.

El culo no donaré,
pues siempre existe un confuso
que pueda darle mal uso
al culo que yo doné.
Muchos años lo cuidé
lavándomelo a menudo.
Para que un cirujano boludo
en dicha trasplantación
se lo ponga a un maricón
y muerto me den por el culo.

Autor: Camilo José Cela. Escritor Español. Premio Nobel de Literatura en 1989.

sábado, septiembre 12, 2009

7 PRINCIPIOS DE LA ECOLOGIA EMOCIONAL PARA LAS RELACIONES

Dedicamos toda nuestra vida a entrenar nuestra mente: adquirimos conocimientos y nos enseñan a pensar, pero en el territorio emocional, en cambio, somos todos autodidactas, en mayor o menor medida. Hay quien considera las emociones como obstáculos que interfieren en nuestra dimensión racional. La Ecología Emocional sostiene que no es así y que las emociones son un lenguaje distinto y complementario. Una mente inteligente pero desconectada de las emociones construiría mapas de decisión equivocados y peligrosos. Las emociones dan color al paisaje y sirven para orientarnos en el mundo: nos indican si la ruta que hemos elegido es adaptativa o destructiva.

1. Principio de la autonomía personal. “Ayúdate a ti mismo y los demás te ayudarán”.

2. Principio de la prevención de dependencias. “No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos”

3. Principio del boomerang. “Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti”

4. Principio del reconocimiento de la individualidad y la diferencia. “No hagas a los demás aquello que quieres para ti. Pueden tener gustos diferentes”.

5. Principio de la moralidad natural. “No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti”.

6. Principio de la auto-aplicación previa. “No podrás hacer y dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo”.

7. Principio de la limpieza relacional. “Tener el deber de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y no nos dejan crecer como personas”

No somos responsables de lo que sentimos (las emociones no se eligen ni se planifican) pero sí de aquello que hacemos con lo que sentimos. Lo que importa es cómo se gestionan, lo que se hace con ellas. Escogemos nuestra actitud y nuestra conducta. “Pensar que algo nos será dado sin que hagamos algo por ello y quejarnos por no recibirlo, contribuye a la contaminación emocional”.

No busquemos la excusa de nuestras emociones que nos perjudican o perjudican a los demás en los hechos de los otros. Busquemos la causa, siempre, dentro de nosotros mismos, porque ninguna emoción de ningún ser puede tener acción en nosotros si nosotros estamos protegidos por el escudo del Amor y vibramos en esa sintonía.

Vos elegís qué deseas reflejar a tu entorno y eso mismo recibirás.

Fuente: Revista La Nación. Sergio Sinay y ¡Refleja!. Investigaciones de Mercé Conangia y Jaume Soler. Música: “Saint Seiya – Athenas violin theme”

miércoles, septiembre 09, 2009

LÍDERES TÓXICOS

Alimentan las necesidades e ilusiones de las personas para engrandecer su propio poder.

La proliferación de líderes con efectos malsanos y devastadores en sus países y organizaciones ha producido nuevas preocupaciones y nuevos enfoques en los estudios de liderazgo, como los de Jean Lipman-Blumen sobre "liderazgo tóxico", la teoría social del liderazgo y el carisma o los trabajos sobre "liderazgo psicopático" que hemos adelantado en psicoanálisis.

¿Por qué hay tantos líderes cínicos, inescrupulosos, mentirosos y deshonestos aún en sociedades con sistemas de elección democrática? ¿Por qué la gente escoge libremente y entrega el poder a personas de ambición insaciable, a individuos egocéntricos, narcisistas, incompetentes, preocupados por el bienestar de la población sólo a nivel de máscara?

Sorprenden las nuevas herramientas del Despotes, el uso sombrío del método democrático y de las leyes para la conquista y permanencia en el poder, la utilización de los valores e ideales del desarrollo humano como instrumentos perversos de dominación. Hay, por demás, mayor liviandad y aceptación de los antes considerados trastornos del carácter que ahora resultan en la fascinación y el enamoramiento de los seguidores, mayor indefensión ante el mimetismo y la seducción psicopática.

Líderes tóxicos son aquellos que alimentan las necesidades e ilusiones de las personas para engrandecer su propio poder, que debilitan la autonomía y capacidad de acción de los seguidores haciéndolos dependientes de él, que polarizan a la población y producen confrontaciones innecesarias. El líder malsano juega con los temores y necesidades de las personas, rechaza la crítica constructiva, crea chivos expiatorios para responsabilizarlos de sus propios fracasos, subvierte las instituciones y los sistemas legales, desatiende los resultados y las realizaciones concretas, se aferra al poder e impide el ascenso de nuevos dirigentes.

A las organizaciones y sociedades con ese tipo de líderes les toca revisarse y analizarse para descubrir el germen de la enfermedad en su propia alma colectiva.

Autor: Alex Capriles M.

domingo, septiembre 06, 2009

THE BUTTERFLY CIRCUS



Para el hombre nada es imposible. Esfuerzo y superación son las metas.