domingo, febrero 24, 2008

UN REFRANERO A SU ACREEDOR

“No dejo de comprender que quien espera desespera, pero permítame decirle que más vale tarde que nunca y que el día de pagar nadie es tramposo, pues lo mejor que hizo Dios fue un día tras otro como chorizos y que unos son de cal y otros de Arena. Aunque ahora me encuentro pelando una lata, más limpio que talón de lavandera, quiero que sepa que si la carne no está en los garabatos no es por falta de gatos, y que a mi me ha gustado siempre doblar el lomo, convencido de que el que trabaja no come paja y que la diligencia es madre de la buena ventura, por tanto estoy luchando con el mismo amor de siempre, pues más hace el que quiere que el que puede, aunque el hombre propone y Dios dispone y el que ha de morir a oscuras aunque sea comerciante en velas, me propongo a bregar contra viento y marea, atesorar centavo a centavo, ya que grano a grano se llena la gallina el buche, porque cierto es que un grano no hace granero, pero ayuda al compañero y que poco a poco se va lejos; quiero probarle que de donde menos se espera salta la liebre y que el que menos puja echa una lombriz, presentándome un día diciéndole: aquí estoy si no me ha visto y aflojarle la mascada. Espero que Ud, no eche en saco roto mi ofrecimiento, acuérdese que de menos hizo Dios a guaraguo y murió ahorcao y que lo que ha de verse no se porfía. Yo sé que quien debe paga o ruega o el diablo se lo lleva, pero al buen pagador no duelen prendas. No desconfíe, hay que darle tiempo al tiempo, que llegando al patio se ve la casa y nunca es tarde si la dicha llega. Usted dirá que obra son amores y no buenas palabras y que más vale un “toma” que dos “te daré”, cierto son los toros, mas yo le replico que la esperanza es el último capital que se pierde y que nadie sabe cuando el pez bebe agua. No le digo adiós sino hasta luego” .
Las deudas se deben pagar, pero a algunos se les olvida. Que más fácil para un mala paga, darle a su acreedor un minuto de risa, para que la indignación sea menor, pues al fin y al cabo un Refrán es una figura retórica aceptada en todos los idiomas que posee la capacidad de agrupar en pocas palabras el resumen de toda una disertación, animando la conferencia sin fatigar a sus oyentes. Pague sus deudas.
Fuente: “Del Saber Popular Venezolano. Antonio Carrero Sibila, Año 1974. Universidad de Oriente (UDO). 281 pag.”

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